Fondos de inversión: mi filosofía y plan de inversión
Hasta ahora el blog ha estado muy centrado en el crowdlending, ya que creo que es donde hay más desinformación y donde más creo que puedo aportar en base a mi experiencia, pero últimamente he recibido unas cuantas preguntas sobre fondos de inversión y ya iba tocando dedicar una entrada a explicar mi filosofía de inversión y mi plan de inversión en esta categoría de activos en la que debería estar el grueso de la inversión.
Como comentaba en la entrada Coronavirus: plan de inversión para los próximos meses en la que hacía un repaso a mis inicios en el mundo de la inversión, mi trayectoria invirtiendo en renta variable ha sido bastante errática: comencé haciendo trading (spoiler: el único que ganó dinero fue el broker a base de comisiones), pasé por etfs indexados, etfs apalancados, fondos temáticos, aristócratas del dividendo, mi propia selección de acciones, acciones recomendadas por amigos, … y todo esto en menos de 5 años. Evidentemente, esa no es la forma de invertir a largo plazo, así que finalmente he construido una filosofía de inversión que guiará mi inversión a largo plazo en fondos de inversión y en el plan de pensiones.
Filosofía de inversión
Mi filosofía de inversión consiste en invertir con una distribución de activos con riesgo decreciente en el tiempo compuesta por una cesta de fondos indexados con diversificación global y con divisa cubierta en la renta fija. La distribución que utilizo actualmente es de 80% renta variable y 20% renta fija. Si has entendido esta frase puedes saltar directamente a la siguiente sección para ver los fondos que he escogido. En caso contrario, vamos por partes.
Distribución de activos
Una de las grandes preguntas al comenzar a invertir es si nos podemos permitir invertir y qué distribución de activos es la adecuada para nuestro horizonte temporal. Y ahí nos informamos, consultamos y escogemos una distribución, pero luego nos olvidamos de ajustarla conforme se va acercando la fecha planteada como fin de la inversión. La distribución de activos no es algo que deba decidirse una vez para toda la vida, sino que tiene que ir variando a lo largo de la vida de un inversor, o durante la vida de una inversión con un fin específico.
De acuerdo con la teoría de la inversión, podemos dividir el periodo de inversión en tres grandes etapas: fase de acumulación, de consolidación y de reducción, cada una con objetivos muy diferentes [Rankia]. En la fase de acumulación ahorramos para la compra de una vivienda y deberíamos comenzar a construir una base para la jubilación, por lo que nuestro horizonte de inversión debería ser a largo plazo. Entre los 40 y los 50 años lo normal es que ya hayamos consumido más de la mitad de la capacidad de ahorro que tendremos en nuestra vida y, por tanto, deberíamos haber acumulado activos para cubrir los grandes compromisos financieros como la vivienda y los gastos corrientes. Y finalmente, entraremos en la fase de reducción una vez nos jubilemos y ahí comenzaremos a hacer uso de los activos que hemos acumulado.
Utilizando esta estructura de fases, podemos analizar el efecto que tiene mantener el dinero en efectivo en vez de invertirlo, obtener un retorno equivalente a la inflación u obtener un 2% adicional a la inflación durante algunas de las fases de inversión.
El escenario de mantener el capital en efectivo (línea roja) es el más seguro, ya que es seguro que vamos a perder dinero a causa de la inflación (en el ejemplo se ha asumido un 2% anual de inflación). En ese escenario además es posible que no podamos mantener nuestro coste de vida y tengamos que acabar recurriendo a la ayuda de otras personas.
En caso de obtener un retorno igual a la inflación (línea gris), tendríamos una diferencia de 74.000€ en el momento de la jubilación respecto al escenario de haberlo tenido en efectivo y en caso de haber obtenido una rentabilidad de un 2% adicional a la inflación desde el inicio hasta el momento de la jubilación (línea azul oscuro), la diferencia ascendería a 200.000€ respecto a haberlo mantenido en efectivo (en la cuenta corriente sin invertir). Es la magia del interés compuesto, y por eso es tan importante empezar a ahorrar e invertir cuanto antes.
Viendo estos números, parece que lo mejor sería buscar la máxima rentabilidad en todo momento, pero el problema está en que en la realidad no existen las líneas rectas. Al invertir nos exponemos a la volatilidad, y tendremos años como 2019 en el que la renta variable ha dado una rentabilidad de un 29% y momentos como en marzo de 2020 en los que veamos caídas de un 30%. La volatilidad no es ni buena ni mala, simplemente hay que aprender a gestionarla y a tolerarla.
Y aquí es donde entra la distribución de activos: cada distribución tiene unas características y unas limitaciones, de ahí la importancia de escoger la adecuada en cada fase de inversión. Existen distribuciones que permiten maximizar la rentabilidad en el largo plazo sufriendo mayor volatilidad en el corto plazo y otras que consiguen minimizar las variaciones en el corto plazo a cambio de sacrificar rentabilidad en el largo plazo [Portfolio Charts].
Utilizando la herramienta Risk and Returns de Portfolio Charts podemos seleccionar diferentes definiciones de rentabilidad y riesgo y ver cómo se comportan las distintas distribuciones. En este ejemplo he seleccionado rentabilidad media y mayor caída a cierre de año desde 1970 y he utilizado datos de Alemania ya que en caso de utilizar los datos de España cualquier distribución global tendría mejores resultados con menos riesgo (luego profundizaremos en esto al hablar de la diversificación global). En esta página también hay una entrada muy interesante sobre la importancia de incluir bonos de largo plazo en la distribución debido a la convexidad de los bonos [Portfolio Charts].
Vemos que a largo plazo (50 años) una distribución que únicamente invierte en renta variable ha obtenido una rentabilidad anual superior al 7%, pero sufriendo caídas de casi un 60% en un año. Y, en cambio, por el oto lado tenemos a la cartera permanente que ha obtenido una rentabilidad inferior al 5% anual pero cuya caída máxima en un año ha sido a un 10% (en 50 años). También se puede ver el tiempo que ha tardado cada portfolio en recuperarse de la mayor caída: la cartera permanente ha tardado 5 años en recuperarse por los 13 años que ha tardado la estrategia de solo renta variable.
Ambas son estrategias perfectamente válidas, lo importante es aprender cuándo debemos utilizar una u otra. Para ello, vamos a analizar el impacto que tendría una caída de un 60% en nuestra inversión dependiendo de cuándo suceda (cada línea representa una caída con 10 años de diferencia).
Como podemos observar, una caída del 60% antes de los 30 años apenas tiene impacto en el largo plazo (la línea gris es el escenario de +2% sobre inflación durante todas las fases que veíamos antes), ya que todavía tenemos mucho por ahorrar por delante. De hecho en un escenario más realista podría llegar a ser positivo que hubiese grandes caídas durante nuestra fase de acumulación ya que después de las grandes caídas suelen suceder grandes subidas, y nuestras nuevas aportaciones se beneficiarían de unos precios más bajos [inbestia].
A partir de ahí el impacto va siendo mayor cuanto más tarde suceda, ya que ya habremos ahorrado una cantidad importante y tendremos menos tiempo por delante para beneficiarnos de una recuperación a largo plazo (es posible que empecemos a necesitar parte del dinero invertido en 5-10 años). Y en caso de que suceda una vez hemos consumido toda nuestra capacidad de ahorro, podríamos llegar a poner en riesgo la planificación realizada para la jubilación por intentar obtener una rentabilidad que, si hemos hecho los deberes, ya no necesitamos. En conclusión, como decía más arriba, la volatilidad no es ni buena ni mala, simplemente hay que aprender a gestionarla y a tolerarla.
Mi filosofía: todavía me quedan por delante unos cuantos años de la fase de acumulación, por lo que mi distribución actual en fondos de inversión es de un 80% en renta variable y un 20% en renta fija e iré disminuyendo el riesgo de la misma conforme vaya acercándome a las siguientes fases. En realidad la distribución debería planificarse considerando toda la cartera, incluyendo el crowdlending y el crowdfunding, pero a día de hoy es difícil cuantificar el riesgo de este tipo de inversiones alternativas ya que no existe histórico sobre el que medir, por lo que las trataré por separado.
Fondos indexados
Seguro que has oído hablar del IBEX35 o el S&P500, los principales índices de la bolsa española y estadounidense. Estos índices están compuestos por 35 y 500 acciones respectivamente, están ponderados por capitalización bursátil (las empresas más grandes tienen un mayor peso en el índice) y se utilizan como referencia del mercado al que representan.
Los fondos indexados son instituciones de inversión colectiva de gestión pasiva que intentan replicar un índice determinado. En vez de invertir en acciones sueltas, inviertes directamente en las 35 o 500 que componen el índice con un peso ponderado por capitalización. Los fondos no replican exactamente el índice, ya que eso les obligaría a estar comprando y vendiendo acciones continuamente y eso dispararía el coste del fondo de inversión. En el otro lado tenemos los fondos de gestión activa, en los que el gestor del fondo escoge las acciones en las que invierte y les va asignando un peso en la cartera.
La gran pregunta que surge a continuación es, ¿qué es mejor, invertir en el índice o en acciones sueltas? La primera modalidad es la que utilizan los fondos de gestión pasiva (indexados) y la segunda es la que utilizan los fondos de gestión activa (bestinver, azvalor y muchos de los fondos gestionados por los bancos)
S&P Dow Jones Indices lleva publicando desde 2002 el S&P Indices Versus Active (SPIVA), una publicación en la que compara la rentabilidad de los fondos de gestión activa frente a su índice de referencia. De acuerdo a la publicación a cierre de 2019 para EEUU [SPIVA], únicamente un 30% de los fondos de gestión activa batieron al índice en el último año, y poco más de un 10% de ellos han sido capaces de batir a su índice de referencia a lo largo de un periodo de 10 y 15 años independientemente de la modalidad del fondo (value/growth y large/small cap).
Si analizamos los fondos de Europa [SPIVA] el resultado es similar y podemos ver que únicamente un 1.7% de los fondos que invierten en activos globales fue capaz de batir al índice de referencia. En mercados concretos se obtienen mejores resultados ya que al haber un menor número de acciones disponibles el escoger o no una acción tiene un mayor impacto en la rentabilidad.
La conclusión que obtenemos de estos resultados es que las comisiones de gestión de un fondo de gestión activa son superiores al valor aportado por el gestor del fondo, lo que al final se traduce en una menor rentabilidad para el inversor.
Pero hay más, S&P también ha realizado un análisis ajustando la rentabilidad al riesgo de los fondos (a partir de la volatilidad) de EEUU [SPIVA] y la conclusión que obtiene es que, incluso excluyendo las comisiones de los fondos de gestión activa, únicamente un 10% de los fondos ha conseguido batir al índice en los últimos 10 años y un 23% en los últimos 15 años. Es decir, la selección de acciones realizada por la mayoría de los gestores destruye valor.
Aquí sí que hay categorías como Large-Cap Value Funds o Real Estate Funds en las que la mitad de los fondos de gestión activa sí que ha conseguido batir al índice de referencia en los últimos 15 años si se excluyen las comisiones. Y en el caso de la renta fija la mayoría de los gestores obtienen mejores resultados que el índice excluyendo las comisiones, pero una vez se tienen en cuenta las comisiones los resultados vuelven a ser similares.
Incluso Warren Buffett, uno de los pocos gestores que ha conseguido batir al índice a lo largo de más de 50 años, opina que la mejor opción para la mayoría de inversores consiste en invertir en fondos indexados. Y no es solo que lo opine, en 2007 hizo una apuesta de 1 millón de dólares a que el índice obtendría mejor rentabilidad que una selección de 5 hedge funds en un periodo de 10 años [Fortune].
Mi filosofía: si los gestores que se dedican a ello profesionalmente en muchas ocasiones no consiguen batir al índice de referencia ni siquiera excluyendo las comisiones de gestión, yo voy a hacer un ejercicio de humildad y no voy a tratar de batir a los índices, invirtiendo de manera pasiva en fondos indexados y centrando mis esfuerzos en invertir con las menores comisiones posibles.
Diversificación global
Lo normal cuando empezamos a invertir es hacerlo en empresas que conocemos, por lo que además de tratar de batir al índice solemos caer en el sesgo de cercanía al invertir en empresas españolas. En este sentido, es importante saber que en un índice como el All Country World Index (ACWI) España tiene un peso menor al 1% del total, por lo que al invertir en empresas españolas estamos dejando de lado la economía global prácticamente al completo.
Además, nuestra inversión estará muy correlacionada con nuestros ingresos, lo cual no es para nada recomendable, ya que en caso de que perdamos nuestro trabajo debido a una crisis que afecte especialmente a España nos encontraremos casi con total seguridad con que nuestras inversiones también se habrán devaluado considerablemente.
El siguiente sesgo en el que solemos caer es centrarnos en lo que ha funcionado mejor en los últimos años. Los índices tecnológicos o la bolsa de Estados Unidos han batido con claridad al resto de índices durante la última década, pero ya se ha visto en el pasado por ejemplo en Japón que esto no tiene por qué seguir siendo así. Incluso el propio Nasdaq fue el que peor rentabilidad logró en la década perdida de los 2000, en la cual destacó positivamente China (SSE).
Pero a su vez el índice de China ha sido de los que peor rentabilidad ha logrado durante esta última década, superado negativamente por el IBEX 35 sin contar dividendos, que ha obtenido una rentabilidad de un -20% mientras que el principal índice europeo (Eurostoxx 50) ha obtenido una rentabilidad del 26% durante la última década. Y esto es porque además de las geografías hay que tener en cuenta el peso de los distintos sectores en los índices, y en España el peso del sector financiero era elevado.
Gracias al Credit Suisse Research Institute podemos viajar todavía más en el tiempo y comprobar que en 1899 la bolsa de Estados Unidos solo suponía un 15% del total y que Reino Unido con un 25% era el mercado más grande [Credit Suisse Yearbook 2020]. Durante estos 120 años el peso de Europa se ha reducido notablemente y a día de hoy los Estados unidos suponen un 54.5% del total, seguido por Japón con un 7.7%, Reino Unido con un 5.1% y China con un 3.2%. Veremos si en los próximos años China consigue pasar a ocupar la tercera posición.
También es muy interesante la comparativa que realizan entre los principales sectores que componían las bolsas de Estados Unidos y Reino Unido en 1900 con los que las componen en 2020. En 1900 la industria que dominaba con claridad en ambos mercados era el ferrocarril, una industria que supuso una completa revolución y que claramente estaba en su punto álgido a principios del siglo XX, pero que a día de hoy ha desaparecido completamente del mapa. Está claro que Internet es la gran revolución de nuestra época, ¿pero lo seguirá siendo dentro de 20-50-100 años?
Para evitar seleccionar los mercados en los que invertimos, existen índices como el MSCI World [MSCI], que invierte en 23 países desarrollados, o el MSCI ACWI [MSCI], que además invierte también en 26 países emergentes, que permiten diversificar globalmente (invertir en el mundo). Con estos índices nos aseguramos obtener una rentabilidad media de los mercados que lo componen, nunca obtendremos la máxima rentabilidad, pero tampoco la mínima. El único problema de estos índices está en que si una geografía crece mucho acabará teniendo mucho peso en el índice (Estados Unidos tiene un peso de entre un 55% y un 65% del total en este tipo de índices) y entonces el índice tendrá un comportamiento parecido al de esa geografía.
Mi filosofía: la historia nos ha demostrado que todos los imperios acaban teniendo su ocaso y que las nuevas revoluciones pueden eclipsar y dejar en anecdóticas a las anteriores, así que yo voy a optar por invertir en el mundo pero limitando el peso máximo de una geografía concreta a un 40% sobre la parte de renta variable.
Cobertura divisa
Seguro que más de una vez hemos leído aquello de “Telefónica crece un 5% en moneda local, pero decrece un 2% en Euros por el efecto divisa”. Al invertir en otros mercados nosotros también nos estamos exponiendo al efecto divisa, pero por lo general existe la posibilidad de invertir en fondos que contratan un seguro para eliminar el efecto divisa , pero ¿merece la pena?
De acuerdo a un estudio realizado por Vanguard en 2014, la cobertura de divisa reduce el riesgo en las distribuciones de renta fija mientras que en las de renta variable puede reducirlo o incluso aumentarlo. Esto se debe a que las correlaciones entre el portfolio y la divisa son cambiantes tanto a lo largo del tiempo como entre mercados.
Indexa tiene en su blog una buena explicación sobre por qué cubren la divisa en la parte de renta fija y no en variable. En el caso de renta fija, si nos exponemos al efecto divisa en realidad estaremos invirtiendo en divisa y no en renta fija, y en esta parte de la cartera queremos minimizar los impactos externos para que amortigüe los casos extremos de variaciones en la parte de renta variable, así que aquí no hay discusión. En caso de invertir en bonos denominados en otras divisas hay que cubrir el riesgo (en los fondos la marca es “hedged”). Incluso hay autores que desaconsejan invertir en renta fija fuera de nuestro entorno económico (de nuevo, mejor utilizar Europa que España).
El caso de la renta variable es más complicado, ya que depende la moneda en la que tengamos nuestros ahorros, el mercado en el que vayamos a invertir, si existe disponibilidad de fondos con cobertura divisa en ese mercado y para esa divisa, etc. No hay que confundir cobertura divisa con denominación en divisa. En caso de que exista el fondo, hay que invertir siempre en fondos denominados en Euros, ya que en caso contrario estaríamos pagando comisiones por el cambio de divisa tanto al invertir como al realizar las retiradas, y la rentabilidad y el riesgo asumido es el mismo invirtamos en una u otra divisa.
De nuevo, Indexa en su blog hace una comparativa entre el retorno del S&P500 en Euros y en Dólares, y la conclusión es que sin incluir los costes del seguro del tipo de cambio, la rentabilidad desde 1999 hasta 2017 ha sido parecida, y en algunos periodos el Euro ha estado más fuerte y en otros lo ha estado el Dólar. En caso de añadir el coste de la cobertura, la rentabilidad hubiese sido peor que en caso de invertir asumiendo el riesgo divisa.
Ambas son divisas utilizadas ampliamente a nivel global y, aunque nosotros cubramos el tipo de cambio, las empresas incluidas en los índices ya llevan incluido el efecto divisa en las cotizaciones debido a la globalización, buena parte de sus ingresos están denominados en otras divisas. En el caso de países emergentes con economías más locales puede tener sentido realizar una cobertura al menos parcial, pero ahí nos será más difícil encontrar opciones con unos costes atractivos.
Mi filosofía: vivimos en un mundo cada vez más global, por lo que por más que queramos no vamos a poder mitigar completamente el riesgo divisa en la renta variable. Por ello invierto en fondos de renta fija denominados en euros y cubiertos (hedged) y en fondos de renta variable denominados en euros sin cubrir. Si alguna divisa se deprecia mucho siempre podremos aprovechar al menos para ir de vacaciones a precios más económicos.
Plan de inversión
El plan de inversión es bastante sencillo: configurar la cartera, realizar aportaciones mensuales y rebalancear en caso de que un fondo se desvíe 2.5 p.p. o un 20% (para los que tienen un peso igual o inferior al 10%) sobre su peso objetivo. Lo normal es realizar los rebalanceos a través de las nuevas aportaciones, pero en casos extremos podría ser necesario realizar un traspaso de un fondo a otro. También en caso de caídas bruscas podría realizar un rebalanceo global de la cartera desde otras tipologías de activos.
Invertir a largo plazo de manera pasiva es así de aburrido, y la gestión activa prefiero dejarla para el crowdfunding en empresas en fase inicial (seed), que ahí hay mayor riesgo pero también mayor potencial. A futuro puede ser que para saciar mi curiosidad dedique una pequeña parte de la cartera (5%-10% máximo) a algún fondo temático, pero el grueso seguirá esta estructura.
Coste de mi cartera de fondos
Si has leído algunas de mis actualizaciones mensuales ya sabrás que mis fondos de inversión y mi plan de pensiones estaban en diferentes roboadvisors (Indexa Capital y Finanbest), y es que esta filosofía de inversión es en realidad la misma que hay detrás de los principales roboadvisors, pero luego cada uno tiene sus particularidades. Lo que todos tienen en común es que utilizan unas distribuciones que han definido por adelantado y realizan un test con periodicidad anual para asignar la mejor distribución en cada momento a cada inversor.
En mi caso, como mi cartera ya empieza a tener un tamaño y ahora a través de MyInvestor puedo invertir en los mismos fondos o en fondos similares a los que utilizan, he decido dejar un poco de lado los roboadvisors y configurar mi propia cartera. No es que haya perdido la confianza en ellos, de hecho sigo considerando que es la mejor opción para inversores novatos ya que configuran una cartera acorde a la aversión al riesgo y horizonte temporal y se encargan de realizar los rebalanceos de la cartera, lo cual es de mucha utilidad si no queremos estar pendientes de la cartera. El plan de pensiones lo sigo manteniendo en Indexa Capital.
El ahorro de comisiones al gestionar mi propia cartera es de 4-5€ por cada 1.000€ invertidos respecto a las carteras de los roboadvisors y el tiempo a dedicar es parecido independientemente del importe invertido. Además, MyInvestor está reembolsando el coste de los fondos durante un año y no cobra costes de depositaría durante cuatro años, por lo que durante el primer año el coste es de 0% y a partir del quinto año es de esperar que el coste suba hasta un 0.28%. Llegado ese momento la diferencia en coste entre mi cartera auto-gestionada y las carteras de MyInvestor estará únicamente en el 0.15% de gestión.
Así que en caso de invertir menos de 10.000€ nos estaríamos ahorrando menos de 50€ al año, con lo que el tiempo a dedicar quizá no merezca mucho la pena desde una perspectiva económica. Otra cosa es que queramos ir aprendiendo para cuando tengamos una cartera de mayor tamaño, ya que el tiempo dedicado a formarse siempre es una buena inversión. Y es que si la cartera alcanza los 100.000€ el ahorro de comisiones puede pasar a ser de más de 400€ al año, y siempre viene bien tener 400€ más disponibles cada año.
Mi cartera de fondos
Para configurar mi cartera, como no soy ningún experto en la materia, he utilizado la mejor técnica que nos ofrece internet: copiar investigar, recopilar y adaptar para configurar mi propia cartera de fondos. Como ya imaginarás, he utilizado las carteras más agresivas de los roboadvisors como punto de partida, ya que son las que mejor encajan con mi perfil de inversión en este momento. Yo además tengo la ventaja de que sólo tengo que determinar la cartera que mejor se adapta a mi perfil en este momento, y ya dentro de unos años decidiré cómo debe ir variando cuando me acerque a las siguientes fases de inversión.
Tipo de fondo | Indexa Capital | Finizens | Finanbest | Mi cartera |
---|---|---|---|---|
Acciones Estados Unidos | 35% | 28.4% | 30% | 24% |
Acciones Europa | 20% | 24.85% | 28% | 21% |
Acciones Emergentes | 12% | 14.2% | 27% | 15% |
Acciones Japón | 8% | 3.55% | 5% | 4.5% |
Acciones Pacífico ex. Japón | 3% | – | – | 3.5% |
Acciones Small Caps. | – | – | 10% | 12% |
Bonos Empresas Europeas | – | 6.33% | – | – |
Bonos Gobiernos Europeos | – | 6.33% | – | – |
Bonos Globales (Cubierto) | – | 6.33% | – | 10% |
Bonos Europeos ligados a la Inflación | 20% | – | – | 10% |
Bonos Países Emergentes (Cubierto) | 2% | – | – | – |
Inmobiliario Global | – | 9.01% | – | – |
Las carteras de los tres roboadvisors son bastante parecidas en la parte de renta variable en Europa, Estados Unidos y Japón. La cartera de Finanbest es la más agresiva de las 3 ya que no incluye renta fija y tiene un peso alto en emergentes y también incluye un fondo específico de empresas de baja capitalización (small-caps), que en algunos periodos históricos ha funcioando mejor que las de alta capitalización. Indexa Capital tiene una pequeña parte en acciones del Pacífico excluyendo Japón y los bonos están ligados a la inflación. Finizens divide la renta fija en empresas de Europa, gobiernos de Europa y gobiernos globales y tiene una parte en inmobiliario.
En mi caso, voy a limitar el peso de Estados Unidos, voy a incluir el fondo de Pacífico excluyendo Japón y voy a utilizar una estructura intermedia entre la de Finizens y la de Indexa para la renta fija, incluyendo bonos globales y bonos europeos ligados a la inflación y no voy a incluir bonos de empresas europeas ni inmobiliario ya que ya tengo cierta exposición a través del crowdlending. Finalmente, tras leer distintos puntos de vista he optado por incluir un fondo global de small caps, ya que el resto de fondos están enfocados a empresas de alta capitalización y de no incluirlo no estaría comprando “esa parte del mundo”.
El fondo global de small caps está compuesto por acciones de las distintas regiones, por lo que si descomponemos su peso por regiones el peso de la renta variable queda así:
31% Acciones Estados Unidos
24% Acciones Europa
15% Acciones Emergentes
6% Acciones Japón
4% Acciones Pacífico ex. Japón
Lista de fondos
IE0032620787 – Vanguard U.S. 500 Stock Index Fund Investor EUR Accumulation
IE0007987690 – Vanguard European Stock Index Fund Investor EUR Accumulation
IE0031786142 – VVanguard Emerging Markets Stock Index Fund Investor EUR Accumulation
IE0007281425 – Vanguard Japan Stock Index Fund Investor EUR Accumulation
IE0007201266 – Vanguard Pacific ex-Japan Stock Index Fund EUR Accumulation
IE00B42W3S00 – Vanguard Global Small-Cap Index Fund Investor EUR Accumulation
IE00B18GC888 – Vanguard Global Bond Index Fund EUR Hedged Accumulation
IE00B04GQR24 – Vanguard Eurozone Inflation-Linked Bond Index Fund EUR Accumulation
IE0007472115 – Vanguard Euro Government Bond Index Fund Investor EUR Accumulation
Nota: MyInvestor va incluyendo periódicamente nuevos fondos que pueden tener un menor coste que los que se encuentran en esta lista.
Fuentes
Fidelity: Invertir en función de cada etapa de su vida [Rankia]
Risk and Returns [Portfolio Charts]
Every Portfolio Has a Tradeoff [Portfolio Charts]
Thinking Beyond Stocks Can Fortify Your Accumulation Plan [Portfolio Charts]
High Profits at Low Rates: the benefits of bond convexity [Portfolio Charts]
Por qué los jóvenes deberían desear que la bolsa se desplome [inbestia]
S&P Indices Versus Active (SPIVA) [S&P]
Credit Suisse Global Investment Returns Yearbook 2020 [Credit Suisse]
To hedge or not to hedge [Vanguard]
Cubrir o no cubrir la divisa [Indexa Capital]
Comparativa roboadvisors [Finect]
Carteras Indexa Capital [Indexa Capital]
Cartera 60 Finanbest [Finanbest]
Carteras Finizens [Finizens]
World Indices [Yahoo finance]
Lista de índices [Wikipedia]
Excelente artículo! Muy interesante en su totalidad y en concreto el apartado “Evolución del patrimonio en caso de sufrir caídas de un 60%”. A seguir así y gracias por compartir conocimientos.
Solo comentar una errata en el texto: aparece “peranente” en lugar de “permanente”.
Saludos,
Muchas gracias por el feedback, Mario. Ya acabo de corregir la errata.
Un saludo,
Asier
Pingback: Mi cartera: actualización mayo 2020 | Invertir mis ahorros
Pingback: Mi cartera: actualización junio 2020 | Invertir mis ahorros
Pingback: Mi cartera: explicación detallada | Invertir mis ahorros